EL PASO. Una representación de la Pasión de Cristo
Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía y Fiesta de Singularidad Turística Provincial
Es de todas las manifestaciones religiosas que existieron en Istán la única que ha sobrevivido al paso de los años.
En la actualidad constituye una de las representaciones sobre la PASIÓN y MUERTE de Jesús más destacadas a nivel provincial y comarcal. Destaca por la peculiaridad de sus escenificaciones en vivo de pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento que culminan con la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo en un entorno natural, a pie de la Sierra.
La primera referencia documental que se ha encontrado del Paso de la Semana Santa de Istán es del año 1666 y aparece en el libro 2 de la cofradía de la Santa Vera Cruz que era la encargada de su organización, siendo sus hermanos los que se ocupaban de la puesta en escena en la plaza, lugar donde se comenzó a representar.
Dentro de la hermandad se podía pertenecer a dos tipos de hermanos: los de luz, cuya misión consistía en llevar luminarias durante la procesión del jueves santo, y los disciplinados que solían llevar grandes cruces sobre sus hombros al tiempo que arrastraban gruesas cadenas. Todos tenían una misión en los actos de escenificación del Paso, durante el jueves y viernes santo, y domingo de resurrección, que necesitaban la participación de numerosas personas que dieran vida a los personajes. Además debían acometer una compleja tarea que englobaba el acondicionamiento de la plaza del pueblo para convertirla en el escenario ideal, habilitar asientos para el público, así como los demás detalles que exigía la puesta en escena.
A partir de 1856, se acuerda compartir este cometido con la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que había participado anteriormente de forma activa en el evento. El cabildo celebrado por ambas hermandades el 3 de mayo de ese año, fue decisivo para definir el futuro de estas representaciones y la colaboración que se venía produciendo entre ellas.
En cuanto a la puesta en escena podemos destacar que todos los personajes masculinos llevaban caretas, a las cuales se les conocía popularmente como “rostros”. Se trataba de una especie de antifaz que cubría sólo la mitad del rostro, siendo Jesús el único que podía portar tres caretas diferentes. Para conseguir que la caracterización fuese perfecta estaban dotadas de una melena larga sobre la que destacaba un semicírculo donde aparecía escrito el nombre. Otro de los rasgos que podemos resaltar es la expresión de sus caras, que dependiendo del personaje representado, eran bondadosas en el caso de los apóstoles, o malvadas en los mandatarios o “armaos”.
La presencia de imágenes era una particularidad, destacando el Paso del Descendimiento (Siete Palabras). El sacerdote desde un balcón se dirigía a los fieles que se congregaban en la plaza para exponer los últimos momentos de la agonía de Jesús, a cuyo término un coro de voces cantaba las estrofas correspondientes incluidas en el guión del Paso. Luego un estruendo de tambores y salvas de pólvora anunciaban la muerte de Jesucristo que aparecía crucificado tras el “Velo”. La magdalena lloraba la muerte de su maestro, mientras Longino penetraba con su lanza el costado divino. Acabado el acto, imágenes y actores recorrían las calles del pueblo encabezando la procesión.
Estos actos se representaron de forma continuada hasta el año 1936 cuando la situación política y el anticlericarismo influyeron de forma significativa en el espíritu de la población. Durante los años posteriores a la guerra civil no tuvieron éxito los diferentes intentos por recuperar esta tradición, a finales de los 40 se había tratado de retomar pero esto sólo duró unos años volviendo a caer en el olvido.
Es a finales de los 70 cuando comienza a renacer, a pesar de que los jóvenes sólo conocían lo que sus familiares mayores les habían contado. En 1980 la enmienda se hace realidad, aunque con modificaciones que no fueron aceptadas por el sector más conservador.
Durante estos años atrás se ha ido consolidando el espectro de la Semana Santa de Istán e incluyéndose algunas innovaciones y cambios, tales como los que se citan a continuación:
En la actualidad constituye una de las representaciones sobre la PASIÓN y MUERTE de Jesús más destacadas a nivel provincial y comarcal. Destaca por la peculiaridad de sus escenificaciones en vivo de pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento que culminan con la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo en un entorno natural, a pie de la Sierra.
La primera referencia documental que se ha encontrado del Paso de la Semana Santa de Istán es del año 1666 y aparece en el libro 2 de la cofradía de la Santa Vera Cruz que era la encargada de su organización, siendo sus hermanos los que se ocupaban de la puesta en escena en la plaza, lugar donde se comenzó a representar.
Dentro de la hermandad se podía pertenecer a dos tipos de hermanos: los de luz, cuya misión consistía en llevar luminarias durante la procesión del jueves santo, y los disciplinados que solían llevar grandes cruces sobre sus hombros al tiempo que arrastraban gruesas cadenas. Todos tenían una misión en los actos de escenificación del Paso, durante el jueves y viernes santo, y domingo de resurrección, que necesitaban la participación de numerosas personas que dieran vida a los personajes. Además debían acometer una compleja tarea que englobaba el acondicionamiento de la plaza del pueblo para convertirla en el escenario ideal, habilitar asientos para el público, así como los demás detalles que exigía la puesta en escena.
A partir de 1856, se acuerda compartir este cometido con la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que había participado anteriormente de forma activa en el evento. El cabildo celebrado por ambas hermandades el 3 de mayo de ese año, fue decisivo para definir el futuro de estas representaciones y la colaboración que se venía produciendo entre ellas.
En cuanto a la puesta en escena podemos destacar que todos los personajes masculinos llevaban caretas, a las cuales se les conocía popularmente como “rostros”. Se trataba de una especie de antifaz que cubría sólo la mitad del rostro, siendo Jesús el único que podía portar tres caretas diferentes. Para conseguir que la caracterización fuese perfecta estaban dotadas de una melena larga sobre la que destacaba un semicírculo donde aparecía escrito el nombre. Otro de los rasgos que podemos resaltar es la expresión de sus caras, que dependiendo del personaje representado, eran bondadosas en el caso de los apóstoles, o malvadas en los mandatarios o “armaos”.
La presencia de imágenes era una particularidad, destacando el Paso del Descendimiento (Siete Palabras). El sacerdote desde un balcón se dirigía a los fieles que se congregaban en la plaza para exponer los últimos momentos de la agonía de Jesús, a cuyo término un coro de voces cantaba las estrofas correspondientes incluidas en el guión del Paso. Luego un estruendo de tambores y salvas de pólvora anunciaban la muerte de Jesucristo que aparecía crucificado tras el “Velo”. La magdalena lloraba la muerte de su maestro, mientras Longino penetraba con su lanza el costado divino. Acabado el acto, imágenes y actores recorrían las calles del pueblo encabezando la procesión.
Estos actos se representaron de forma continuada hasta el año 1936 cuando la situación política y el anticlericarismo influyeron de forma significativa en el espíritu de la población. Durante los años posteriores a la guerra civil no tuvieron éxito los diferentes intentos por recuperar esta tradición, a finales de los 40 se había tratado de retomar pero esto sólo duró unos años volviendo a caer en el olvido.
Es a finales de los 70 cuando comienza a renacer, a pesar de que los jóvenes sólo conocían lo que sus familiares mayores les habían contado. En 1980 la enmienda se hace realidad, aunque con modificaciones que no fueron aceptadas por el sector más conservador.
Durante estos años atrás se ha ido consolidando el espectro de la Semana Santa de Istán e incluyéndose algunas innovaciones y cambios, tales como los que se citan a continuación:
- Eliminación de caretas en los personajes, eliminación del Coro y, por consiguiente, la figura del “Cantor”, pues la puesta en escena ya no lo requería.
- Unificación de las escenas. Antiguamente, durante el Viernes Santo se realizaba un acto por la mañana y otro sobre las tres de la tarde. Actualmente, se desarrollan dentro de la misma actuación.
- Actualmente El Paso se contempla como un espectáculo teatral y las procesiones se programan de manera independiente.
- Por lo que se refiere a las actuaciones, compuesta por personas de todas las edades que en la función del Jueves aparecen aglutinadas alrededor de Jesús, como un amigo, mientras que el viernes se constituye en una plebe de venganza que clama a las autoridades la muerte del Nazareno. Este grupo no está comprometido a representar ningún papel destacado, sino que en él puede participar todo aquel que lo desee.
- En la crucifixión, es el actor que da vida al personaje de Jesús, el protagonista único de la escena, junto a los dos ladrones también crucificados.
- La música, que va acompañando las escenas, es otra de las innovaciones, jugando un papel fundamental en momentos cruciales como la despedida de Jesús y María, el monólogo cuando toma la cruz para subir al calvario o el arrepentimiento de Judas.